La decisión de Donald Trump de suspender por 90 días la asistencia financiera a Perú a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha generado preocupación en el país.
El experto en entidades sin fines de lucro, Carlos Carrasco, brinda detalles del escenario que se avecina en cuanto al desarrollo de proyectos sociales.
La suspensión de la administración de Donald Trump por 90 días de la asistencia financiera a Perú a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha generado preocupación, por lo que se requiere entender el panorama con respecto a los fondos que se destinan a cientos de proyectos de desarrollo social en el país.
El abogado Carlos Carrasco, director legal de UHY Blancas Sandoval y Asociados, menciona que es importante saber diferenciar lo que es una ONG y una asociación sin fines de lucro. “Las ONG no constituyen el grueso de las entidades sin fines de lucro, éstas últimas representan una vasta red de personas que trabajan por un impulso solidario con el fin de crear mejores condiciones de vida para los peruanos. Solo un sector del rubro asociaciones sin fines de lucro son ONG, estas encarnan un grupo bastante pequeño y captan importantes financiamientos internacionales”.
El experto legal detalló que hay mucha participación de tendencias políticas en torno a la captación de estos fondos, por lo que se dan situaciones en las que ONGs se adhieren a una corriente ideológica por conveniencia, perdiendo por tanto independencia.
“Por ejemplo, rubros como Clima y Género han captado importantes financiamientos, los mismos que han venido direccionados ideológicamente, y eso es precisamente lo que el gobierno de los Estados Unidos está reevaluando. Todo ese dinero se va a recanalizar, en vez de distribuirlo en proyectos con los cuales la nueva administración no comulga, se replanteará el gasto hacia otras iniciativas que vayan en sintonía con la política de gobierno de Donald Trump”, explicó Carrasco.
Cabe señalar que el fondo de USAID en Perú asciende a US$ 630 millones en ayuda hasta el 2030. En ese sentido, dentro del ecosistema de entidades sin fines de lucro del país, las ONG representan entre el 2% y el 4%, mientras que el grueso de las entidades sin fines de lucro (asociaciones, fundaciones o comités) centran sus actividades en proyectos con fines religiosos, de ayuda social, educativos, cultura, desarrollo de tecnología, gobernanza, salud, protección de poblaciones desvalidas y personas en riesgo diverso.
“Las entidades sin fines de lucro se concentran en captar fondos del extranjero, pero debemos recalcar la necesidad de que los peruanos destinemos fondos para con nuestros connacionales, en ayuda social y lucha contra la pobreza. Mucho del dinero que se destina a los proyectos de ayuda social viene del extranjero, sin embargo, el peruano que está en capacidad de donar no acostumbra aportar a estos fines, no hemos desarrollado una cultura de solidaridad y un sentido de responsabilidad para con nuestros compatriotas”, comentó el experto legal.
Carlos Carrasco agregó también que si bien no existe un ente regulador que supervise el manejo de recursos de las entidades sin fines de lucro en el Perú, la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) podría tener un rol determinante para detectar proyectos que incurren en malos manejos de los fondos donados. “La Sunat establece que no se puede utilizar los fondos para beneficio propio, y si una entidad excede los valores del mercado, te retiran la exoneración tributaria”, explicó.
Finalmente, el abogado peruano estableció que, entre otros, existen dos vías bastante difundidas para conseguir fondos para proyectos sin fines de lucro. Está la captación de recursos de forma individual bajo modelos como Crowdfunding que se apoyan mucho en herramientas digitales y redes sociales. Y existe la modalidad a través de la postulación de proyectos, donde se desarrolla un proyecto específico para aportar una solución a una situación específica y se postula a entidades donantes.
Por último, cabe anotar que las ONG están reguladas y supervisadas por la Agencia Peruana de Cooperación Internacional (APCI), lo que ayuda a hacer más transparente su funcionamiento.
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