Se estima que por cada vuelo cancelado durante la segunda quincena de abril se perdieron entre 218,750 y 265,000 soles, un revés que frena el crecimiento económico, perjudicando la imagen de la ciudad, señala Wilmer Infante, director de la Facultad de Negocios Trujillo de la Universidad Privada del Norte (UPN), quien advierte que la agricultura y la agroindustria podrían encontrar dificultades para exportar productos perecederos debido a la falta de conectividad aérea.
Invertir en tecnología aeroportuaria y en la capacitación del personal, junto con la implementación de herramientas como la inteligencia artificial, representa una estrategia clave para anticipar condiciones climáticas desfavorables y mejorar la gestión del tráfico aéreo, optimizando, no sólo la eficiencia operativa, sino también mitigando situaciones adversas como la experimentada la semana pasada en Trujillo, donde la densa neblina obligó a cancelar múltiples vuelos.
A nivel regional, la colaboración entre autoridades son acciones que también pueden definir estrategias sólidas y asegurar financiamiento para mejorar la infraestructura para que situaciones como las registradas hace unos días en la región norteña no perjudique económicamente a sectores como el turismo, transporte, hospedaje o negocios como la gastronomía, alerta el especialista.