· “Los niños no pueden jugar en los cerros habiendo cerca terreno disponible”, dijo Mario Reyna, que ve uso de predio con Agroindustrial Laredo.
El alcalde de Trujillo, Mario Reyna Rodríguez, busca un acuerdo armonioso con Agroindustrial Laredo para hacer uso de un terreno de poco más 2 hectáreas y construir un complejo deportivo cerca del cerro Pesqueda, donde hay cientos de niños jóvenes que no pueden practicar deportes por falta de un espacio adecuado.
Apelando al rol social de la empresa y mediante el trato directo, el burgomaestre pretende dar solución al clamor de los pobladores de esta parte de la ciudad que no cuentan con un campo ni una losa deportiva para el uso de sus actividades recreativas, a la que todos tienen derecho.
“Recuperaremos la dignidad de los que menos tienen. Los niños no pueden jugar más en los cerros, con riesgo para su integridad física, habiendo tanto terreno disponible”, dijo.
En atención a las facultades que le confiere la Ley, la autoridad edil solicitó a los representantes de Agroindustrial Laredo una reunión para abordar este pedido a fin de que la población de Pesqueda pueda por fin contar con un complejo deportivo y recreativo.
Para ello, desde la comuna provincial han identificado un terreno de 2.01 hectáreas, ubicado entre la calle Huandoy y la avenida Federico Villarreal, que es de propiedad de Agroindustrial Laredo.
La ejecución de este proyecto, que estará a cargo de la Municipalidad Provincial de Trujillo, contribuirá a incrementar el valor de las áreas contiguas de la propiedad, que también son de la agroindustrial, con miras, si así lo decidieran, a dar otros usos a las mismas, por ejemplo para el desarrollo de futuros proyectos urbanísticos.
Para efectos del crecimiento, desarrollo urbano y de la infraestructura pública, hay normas vigentes que permiten procesos de expropiación a fin de dotar y mejorar las condiciones de vida de la población de menos recursos y de sectores urbano marginales.
Sin embargo, el alcalde Mario Reyna adelantó que prefiere agotar el trato directo, evitando procesos contenciosos, tediosos, onerosos y largos que no benefician a ninguna de las partes cuando se pretende expropiar un predio privado mediante el pago del justiprecio.
