- Solo en la primera semana de marzo se registraron más de 20 alertas por movimientos de masa en la región. Las principales provincias más afectadas fueron Pataz y Santiago de Chuco.
En medio del estado de emergencia declarado en 20 distritos de la región por las fuertes lluvias de la temporada, la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha identificado que solo en la primera semana de marzo se ha alertado sobre la ocurrencia de 21 episodios de deslizamientos y tres huaicos, lo que ha resultado en la trágica pérdida de una vida. Además, se han reportado daños materiales, como la afectación de viviendas y vías de tránsito, dejando centros poblados incomunicados.
El distrito de Tayabamba, en la provincia de Pataz, ha sido el más afectado por los movimientos de masa, registrando seis deslizamientos en solo tres días. Estos eventos han dejado principalmente bloqueada y destruida cierta fracción de la carretera que conecta los distritos de Marcabal y Huancaspata.
De hecho, las zonas de la sierra de La Libertad se encuentran continuamente en riesgo debido a la falta de medidas preventivas adecuadas. En provincias como Sánchez Carrión o Bolívar, menos del 1% de las vías están asfaltadas, mientras que en Santiago de Chuco y Pataz, simplemente no existen. Justamente estas dos últimas provincias son las más perjudicadas por los deslizamientos y huaicos en la región.
“Además de representar un riesgo para el bienestar de la población, la falta de infraestructura vial impacta negativamente en la economía regional. Las dificultades para desplazarse hacia los centros de trabajo, así como para transportar cultivos, mercancías y recursos clave para el turismo y la recreación, limitan la productividad y reducen las oportunidades laborales. Este problema afecta especialmente a las personas en situación de pobreza, que en la sierra de La Libertad representan aproximadamente el 46% de la población. Como resultado, se agrava la precariedad económica y se deteriora la calidad de vida”, sostuvo Carlos León, economista de REDES.
El especialista señaló que las vías sin pavimentar o de trocha son más vulnerables a la destrucción y a quedar intransitables ante fenómenos climáticos. Por ello, destacó la urgencia de implementar un plan de contingencia que asegure el asfaltado de las vías y la resistencia de la infraestructura frente a desastres en las zonas de mayor peligro. “Es responsabilidad del Estado garantizar la seguridad y el tránsito de las personas”, afirmó.
Inversión mejor distribuida
Según el Senamhi, desde el inicio de febrero hasta la primera semana de marzo se registraron 11 alertas naranjas por lluvias intensas en la región, las cuales se intensificaron en la última semana del mes pasado. Los distritos de Usquil, en Otuzco, y Quiruvilca, en Santiago de Chuco, fueron los más expuestos a riesgos.
No obstante, de acuerdo con el presupuesto nacional de la Autoridad Nacional de la Infraestructura (ANIN), entidad encargada de la construcción de obras de prevención ante desastres y la reparación de proyectos afectados por eventos climáticos, no se ha propuesto ningún proyecto de inversión para este año en las provincias de la sierra de La Libertad, a pesar de las altas alertas de riesgo para la población en estas zonas.
“Es fundamental descentralizar los esfuerzos para mejorar la infraestructura y reducir las brechas existentes entre las ciudades de una misma región. Es necesario priorizar los distritos con mayor riesgo, como Sanagorán, Huamachuco, Marcabal, entre otros. No podemos permitir más pérdidas humanas ni más puentes o carreteras destruidas, ya que esta situación pone en peligro la vida de las personas”,afirmó Carlos León.
El vocero de REDES también destacó la necesidad urgente de invertir en construir muros de contención que protejan contra el desborde de los ríos, para evitar que la economía de las familias se vea aún más afectada. “En Bolívar, por ejemplo, se han perdido tierras agrícolas, lo que ha generado una situación crítica para muchas familias, ya que el 82% de la población de la provincia depende del sector agropecuario. Un panorama similar enfrentan los trabajadores agrícolas de Otuzco y Santiago de Chuco, cuyas economías locales dependen en gran medida de la producción de papa y trigo”, concluyó.