Los escándalos de corrupción persiguen a la petrolera estatal desde el
inicio de la gestión de Hugo Chávez debido al direccionamiento de licitaciones
avaladas por Pedro Castillo. En tanto, la mala gestión se recrudeció con la
llegada de Humberto Campodónico.
La negativa situación económica en la que constantemente está sumida
Petroperú hace que el ciudadano o contribuyente se pregunte qué es lo sucede
dentro de la estatal para que siempre se mantenga en el fracaso. En ese
sentido, es necesario conocer Cabe las irregulares que persiguen a la compañía
desde 2021 y reconocer quienes son los responsables de permitir el declive de
esta empresa, la cual reportó pérdidas de hasta US$380 millones durante el
primer semestre de 2023, hecho que permitió que su capital de trabajo negativo
se incremente a US$1,328 millones.
GERENTES Y PRESIDENTES DE LA ESTATAL
Una de las primeras acciones del expresidente Pedro Castillo fue realizar
cambios en Petroperu. Carlos Barrientos lideraba la gerencia general de la
compañía desde el 2019, pero en 2021 fue reemplazado en el cargo por Alfredo
Coronel Escobar. En tanto, en septiembre del mismo año, Mario Contreras
Ibárcena se convirtió en el presidente del directorio.
Este último estuvo apenas un par de meses a cargo de la estatal hasta la
llegada del hoy investigado Hugo Chávez Arévalo en octubre de 2021. Es en esta
gestión donde la corrupción asoma, pues se conoció del direccionamiento de una
millonaria licitación a favor de Heaven Petroleum Operators, de propiedad de
Samir Abudayeh. Este ilegal beneficio se habría gestado desde el despacho
presidencial de Pedro Castillo, donde Chávez se reunió con Castillo para
viabilizar la compra de Biodiésel B100 por US$74 millones. Si bien este
contrato se dio de baja por presuntas irregularidades, en enero de 2022, dicha
empresa ganó una nueva licitación por US$80 millones.
Como si eso no fuera poco, la situación financiera de la empresa sufrió las
consecuencias de las malas decisiones de la gestión de Chávez Arévalo, pues
diferentes bancos, nacionales y extranjeros, cortaron la línea de crédito de la
compañía por un monto no menor a los US$1,500 millones. Esto se agravó con la
llegada de Fernando De la Torre a la gerencia, quien asumió tras la salida de
Chávez. En marzo de 2022, PwC se negó a realizar la auditoría de los estados de
cuenta y Standard & Poor’s Global Rating rebajó su calificación crediticia
de BBB- a BB+, la cual es denominada en términos especulativos como “zona de
bonos basura”.
El tiempo que De la Torre en PetroPerú fue breve, pues, en abril de 2022,
Cristina Fung Quiñones asumió su puesto para redireccionar la organización de
la empresa. Al mismo tiempo, Humberto Campodónico asumió la presidencia de
PetroPerú, pero renunció seis meses después, debido a que su gestión no fue
capaz de mantener los números “en azul” de la petrolera y, por el contrario,
sólo continuaban endeudándose. Entre mayo y octubre de 2022, periodo donde
Campodónico Sánchez lideraba la estatal, PetroPerú solicitó dos salvatajes ante
el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a través del Ministerio de Energía
y Minas (MINEM), por S/6,775 millones. El inicio del ahogo financiero de la
petrolera.
En enero de 2023, Carlos Vives Suárez fue nombrado como presidente del
directorio, pero su gestión no fue nada satisfactoria para la petrolera, debido
a que reportó pérdidas de hasta S/1,406 millones durante los primeros 6 meses
del año. En abril de 2023, Pedro Chira ingresó a la compañía en el puesto de
presidente de PetroPerú, mientras que, en julio del mismo año, Gaspar Tello fue
designado como gerente general de la empresa.
Si sumamos los millonarios prestamos que pide y pidió Petroperú nos
encontramos con que la petrolera estatal le cuesta a los contribuyentes más de
S/12,747 millones, un monto similar al que destinó el gobierno para atender la
emergencia sanitaria por covid-19.