·Si se detecta a tiempo, el cáncer tiene cura y se evita de procesos más delicados.
El cáncer de próstata es la neoplasia más frecuente y la primera causa de muerte entre los peruanos. Asintomático en su etapa temprana; pero peligroso, ya que de no ser tratado a tiempo puede comprometer otros órganos (ganglios, vejiga, huesos, pulmón, hígado, etc.) provocando dolor, obstrucción de vías urinarias, falla renal, alteraciones neurológicas y hasta poner en riesgo la vida, así lo explica el Dr. Juan Vargas, urólogo de la clínica San Pablo de Trujillo.
El despistaje es clave. “Si el cáncer se detecta en su etapa temprana, en un chequeo de rutina, el paciente es susceptible a un tratamiento curativo; pero lamentablemente la mayoría va al doctor en una etapa avanzada. Escenario donde el tratamiento dependerá de la extensión de la enfermedad, siendo muchas veces el tratamiento paliativo, con riesgos de producir disfunción eréctil permanente e infertilidad”, refiere el especialista.
Si bien la disfunción eréctil puede ocurrir tras un tratamiento curativo como lo es la prostatectomia radical, esto depende muchas veces de cuán tarde se haga el diagnóstico. Razón por la cual, el médico aconseja a no tener miedo, y acudir a una evaluación anual a partir de los 50 años, y de existir antecedentes familiares con cáncer de próstata o de raza afroamericana, a partir de los 45 años.
El tamizaje del cáncer de próstata es simple y se conforma por el antígeno prostático específico (PSA) –una muestra de sangre que se toma de la vena del brazo- y un examen físico, a través del tacto rectal. Prueba indolora, que tarda pocos segundos y que aporta mucha información de cómo se encuentra la próstata.