· El MIMP, mediante su intervención Prevenir para Proteger, busca que la población se involucre en la prevención de la violencia sexual en el país.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), a través de su intervención Prevenir para Proteger, promueve la orientación y educación en la población con el objetivo de fomentar un entorno seguro, libre de violencia sexual y saludable para las niñas, niños y adolescentes.
En ese sentido, brinda recomendaciones para que los padres, madres, cuidadoras/es y/o docentes orienten a las niñas, niños y adolescentes sobre cómo garantizar su seguridad.
1. Cuidar su cuerpo: Es crucial enseñar a las niñas y niños desde temprana edad la importancia de la intimidad, el respeto y el cuidado del cuerpo. Así como entender que existen partes íntimas que nadie debe tocar.
2. Ámbito seguro de comunicación: Crear un ambiente familiar de respeto y armonioso, es fundamental para que las niñas, niños y adolescentes se expresen libremente. Ellas y ellos deben saber y sentir que se les escucha y se les cree, y que pueden compartir lo que les ocurre, sus dudas y preocupaciones, sin temor a ser juzgados.
3. Ambiente de cuidado: Fomentar relaciones positivas y atender las necesidades emocionales de las niñas, niños y adolescentes es vital. La familia es el principal punto de referencia durante la niñez y la adolescencia. Un entorno de buenos tratos, donde se sientan personas queridas y protegidas, les permitirá desarrollar vínculos estables y seguros en el futuro.
4. Fortalecer su autoestima: Cuando las niñas, niños y adolescentes se sienten seguros de sí mismos, y que su voz y opinión es importante, pueden poner límites y prevenir situaciones de violencia. Asimismo, ante situaciones de riesgo, podrán acudir a una persona de su confianza para buscar protección.
5. Decir NO es su derecho: Es importante que las niñas, niños y adolescentes conozcan su derecho a decir “NO”, y que nadie puede obligarles a recibir caricias, saludos o abrazos que les causen incomodidad.
La violencia sexual es una realidad que puede afectar a cualquier niña, niño o adolescente. Por ello, es esencial que conozcan sobre los riesgos y las diferentes formas de violencia para identificarlas y pedir ayuda a una persona de su confianza si algo les sucede.